viernes, 8 de marzo de 2013

MARIBEL, CANDELA Y JAVIER….


Hola me llamo Maribel. Trabajo en el cine español. Mis amigos y yo nos dedicamos a hacer películas que nos financian gracias a las subvenciones del bolsillo de todos los españoles. Yo os lo agradezco. Aunque luego nos perdonéis que esas películas no sean muy buenas, no se estrenen, o no superen los 300 espectadores. Gracias de veras. Me llamo Maribel y odio el capitalismo y he aprovechado que me han dado un Goya para calificarlo de “obsoleto”. Obsoleto porque es un sistema que permite “robar a los pobres para dárselo a los ricos”. Un sistema “injusto” que permite que recoja el premio vistiendo un vestido de Dior de 8500 euros y unas estupendas joyas de Bulgari. Un sistema que ha permitido que la gente “pierda sus casas y sus ilusiones”. También quise denunciar en mi discurso los recortes en sanidad, pero caí en la cuenta de que soy accionista de una clínica privada en Estepona y me contuve. Me llamo Maribel y como buena actriz que soy, me encanta ser protagonista de anuncios que venden hipotecas, que luego causan desahucios y pérdida de ilusiones, o ser imagen de una empresa privada como el Corte Ingles, o sin ir más lejos ser actriz de una película en la que tuvimos que matar varios toros en el rodaje; película por la que recogí el Goya antes nombrado. también recuerdo ese papel en el que junto a Pilar Bardem y otros 400 intelectuales protagonicé una campaña antitaurina. Ah no… ahí no estaba actuando. Me llamo Maribel y me solidarizo con los pobres criticando a los ricos, siendo rica, casada con un rico y viviendo como ricos. Contradictoria que es una.








Hola me llamo Candela. Al igual que Maribel trabajo en el cine español y también me han dado un Goya. Como sabéis mi padre murió en un hospital público catalán sin mantas para taparlo ni agua para beber. Cuando murió no se me ocurrió querellarme con el hospital. Pensé que no era el momento. Hace poco recibí el premio Gaudí en Cataluña. Estuve a punto de denunciar este hecho pero creí que todavía no era el momento. Sin embargo cuando recibí el Goya, pensé que delante de mis amigos, delante del ministro y delante de media España, sí que era el momento. Ataviada en un vestido de David Delfín y con cara compungida mis palabras conmovieron a más de alguno. Soy una actriz extraordinaria, verdad? No se como no me dieron otro Goya en ese instante. Me llamo Candela y “os pido trabajo”. Me llamo Candela y “tengo un hijo que alimentar”. Os pido españoles que subvencionéis mi cine. Gracias. Por cierto mi padre murió mientras gobernaba Zapatero, pero denuncié mi indignación ante el gobierno de Rajoy. Contradictoria que es una.








Hola me llamo Javier. Creo que yo no necesito presentación pues soy un actor de fama mundial. Soy comunista y multimillonario. Un oxímoron? Sí. Yo soy es que soy así, muy contradictorio. Lo considero muy divertido. Una vez por ejemplo, recogí un premio del instituto Reina Sofía de Nueva York y me lo entregó la reina, siendo yo muy republicano. Como también sabréis siendo comunista odio el capitalismo y todo lo que representa y por supuesto no me cae bien su nación abanderada: los EE.UU. Por ello soy antinorteamericano confeso y me he manifestado en numerosas ocasiones en contra de su política, su cultura y sus principios. Sin embargo vivo en una mansión en Miami y monté un lobby para conseguir el premio más codiciado por un actor: el Oscar. Un premio muy americano. Soy enemigo de lo privado pero ingresé a mi mujer Pe en un carísimo centro privado de Beberly Hills para dar a luz a nuestro primogénito. El centro está regentado y financiado por judíos sionistas, pero yo soy muy antisemita y defiendo siempre que puedo la causa palestina. Cuando mi mujer y yo nos venimos a España, tras haber llenado las maletas de dólares, gracias a los jugosos dividendos que nos brinda el sistema capitalista norteamericano, nos instalamos en nuestra fastuosa casa de la Finca y es cuando yo comienzo a denunciar junto a Candela y Maribel, los recortes del PP desde mi condición de comunista multimillonario, Goya en mano. Contradictorio que es uno.


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