Que España está al borde de la suspensión de pagos como nadie ha reconocido todavía, no es ningún secreto aunque nuestro gobierno, por negarlo, deben pensar que igual podrán seguir manteniendo el secreto… No hay dinero en toda Europa (y ni aunque lo hubiera) para salvar un país de 47 millones de personas y pésimas perspectivas de recuperación. Que los bonos del Estado nadie los quiere comprar ni a un interés que ya casi alcanza el 7% de rentabilidad, es claro síntoma de desconfianza mundial… Que los pobres incautos que han comprado letras de Tesoro en estos últimos meses (que es muy seguro, sí), ya han perdido una cuarta parte de su valor y ya veremos si consiguen recuperar lo que quede de su inversión cuando acabe el plazo de la inversión. Es muy grave que sigan sacando deuda sin haber vendido siquiera lo que queda sin vender. Que quieran obligar disimuladamente a la banca mediante fondos ICO para que compren la inmensa deuda de las innumerables administraciones del Estado, es bochornoso. Que las familias y las empresas están endeudadas “hasta las cejas” y que el riesgo se dispara por momentos, pinta realmente mal. Que el presidente del gobierno no sale a la palestra ni para confesar que hace meses que ha firmado un compromiso con los ingleses para retrasar la edad de jubilación, en principio hasta los 67 años de edad y la oposición finja no saberlo, es tremendo. Que no haya liquidez para pagar absolutamente nada, en el corto plazo y siguen gastando a espuertas y escurriendo el bulto ya es costumbre suicida. Como les queda año y medio de legislatura, a ver si con suerte retrasan el bombazo y le cae el marrón a los otros.
Ahora que España tiene que poner ojos de cordero degollado para esperar un rescate financiero, urente, de los que son sus “amigos”, ha llegado el momento de bajarse los pantalones. Pero bien bajados… "a ver si nos echan una mano, no?" Nos la van a meter por todos lados pero aquí nadie se atreve a decir nada. Ya veremos si algún sindicato se atreve a levantar la voz o salir a la calle, ¡si están todos comprados!
Ahora que huele a sangre, está en juego la libertad y la neutralidad de la red. Como siempre, serán los intereses económicos de otras potencias mundiales quienes pasarán, por culpa de un gobierno débil y maltrecho como el que tenemos, por encima de todos nosotros.
Los eventos relacionados con el trámite parlamentario de la tristemente famosa y mal llamada Ley Sinde amenazan con dejar a los españoles sin capacidad para la sorpresa: no solo nos enteramos de que en realidad fue escrita y diseñada por presiones de gobierno estadounidense, sino que además, pretenden ahora hurtar la discusión parlamentaria y colárnosla por la puerta de atrás.Una filtración de ayer por la noche, comentada ya en La Información.com, afirma que el gobierno se prepara para aprobar la Ley de Economía Sostenible, con su siniestra Disposición Final, el próximo día 21 de diciembre, y mediante un procedimiento que podríamos definir como un golpe bajo contra la libertad individual en Internet.
¿Por qué se usa un procedimiento como este para la Ley Sinde? Muy fácil: porque el gobierno de los Estados Unidos lo ha exigido así. En este cable filtrado por WikiLeaks se lee clara y literalmente en el Punto 6 cómo el Embajador advierte al gobierno que no quiere que la Ley se modifique debido al proceso de enmiendas:
Ambassador said the USG wants to see the legislation move forward in Congress and not be weakened in the amendment
Esto es un gobierno que ha decidido plantarse delante de la ciudadanía y decir: “haremos lo que nos dé la gana, estáis al margen de esto, lo que opinéis nos lo pasamos por el arco del triunfo”. Atención al procedimiento: colamos una disposición final en una ley no relacionada, negociamos el apoyo a dicha ley sin que ese tema salga para nada, y la aprobamos en una comisión. Impresionante tomadura de pelo: por la imposición de un estado extranjero, nos cuelan por la puerta de atrás una enorme mentira destinada a torpedear directamente la línea de flotación de los derechos fundamentales de los usuarios de Internet.
¿Nos vamos a quedar así, con cara de imbéciles?
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